En voz alta

Cuento cuentos, escribo y pienso, aunque no siempre lo hago en este orden.

La plaza

3 comentarios

Una plaza es un espacio vivo, por el que pasan muchas personas, cada una con su vida (sus preocupaciones, problemas, pensamientos…), y donde suceden muchas historias, algunas íntimas y personales, otras colectivas. No obstante, en muchas ciudades o pueblos los hechos históricos más importantes han ocurrido en plazas. Otras veces, han sido escenarios de momentos no tan relevantes pero sí muy significativos y que son motivo de conversación para la gente del entorno. Una plaza, además, puede ser un lugar de encuentro pero también de paso; un espacio de celebraciones o de vida cotidiana; es un espacio abierto, público, que muchas personas sienten como propio y a la vez compartido.

Esta idea de plaza es laelenaguantesrec base sobre la que mi amiga y compañera Elena Pérez ha desarrollado su original espectáculo de narración oral, que vi el pasado sábado (17 de enero) en el café Libertad 8. Es una propuesta muy innovadora y arriesgada ya que se trata de un juego de improvisación, en el que ella va desarrollando las historias a partir de objetos entregados por el público. Como si fuera una pieza de jazz, a partir de una frase que hace de hilo argumental, se van sucediendo variaciones, que son las vivencias de los personajes que aparecen por la plaza.

Tenía muchas ganas de verlo, y mucha curiosidad, porque el solo hecho de que alguien proponga algo diferente a lo habitual me resulta de por sí interesante, independientemente del resultado. Valoro mucho a quienes son capaces de hacer planteamientos artísticos rompedores, que aportan algo nuevo, distinto a lo que normalmente hacen, y a lo ya conocido. El resultado, además, me gustó mucho.

Los personajes que fuimos conociendo me parecían muy sugerentes y, a la vez, cercanos. Por esto, creo que “La plaza” es un espectáculo muy propio de Elena, a quien le gusta observar la realidad cotidiana con una mirada literaria, metafórica. Y a quien le gusta observar la diversidad de personas con las que nos cruzamos a diario, y a los que ella convierte en personajes para tratar de comprender lo que nos ocurre en la vida. También, y ahí le sale su profesión de arquitecta, le gusta observar la relación de la gente con el entorno y cómo el espacio puede modificar el comportamiento de las personas. Todo ello está muy presente en el espectáculo y creo que es los aspectos más interesantes.

A partir de esta función me ha venido de nuevo a la cabeza la idea de que en el arte de la 2015-01-17 21.15.20narración oral, la comunicación que se establece entre el público y el narrador va mucho más allá de la historia. Lo fundamental para que se produzca el encuentro es que el propio narrador -él/ella como persona- tenga algo que contar, tenga una mirada particular de ver la realidad. Y que quiera contarlo de una forma honesta, generosa y sincera. Como ocurre en este caso.

La sensación que deja al final el espectáculo también es muy agradable y, de nuevo, muy sugerente. Como espectador te quedas con la sensación de haber conocido una parte de la vida de esa plaza, como si hubiéramos hecho una fotografía en un momento determinado, pero que habría muchas más historias y vidas por conocer…o inventar.

Todos los espectáculos de narración oral y los cuentos contados son organismos vivos que crecen a medida que pasa el tiempo (de ahí la acertada expresión de “contar de viva voz”). Creo que, especialmente,“La plaza” tiene mucho recorrido por delante y crecerá mucho según vaya recorriendo plazas, según vaya recorriendo espacios llenos de vida.

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3 pensamientos en “La plaza

  1. Me he emocionado leyendo tu artículo, muchas gracias Marta.

  2. Pingback: Crítica de La Plaza | Elena Pérez

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