El pasado 2 de mayo estuve en Villamayor (Salamanca) invitada por su bibliotecario, Manuel. Él contactó conmigo hace unos meses porque desde la biblioteca estaban realizando varias actividades relacionadas con el burro y también con mi querido Tarturro. Iba muy ilusionada porque a una escritora siempre le alegra comprobar que hay mucha gente que disfruta de tu libro.
Y si llegué ilusionada, al despedirme lo hice emocionada. Sigue leyendo



